... Así el cuerpo y la danza vuelven a ser unión, participación, juego, vivencia, pasatiempo, celebración, espectáculo, expresión del individuo, diálogo entre dos, entre un pequeño grupo o entre toda la comunidad.
Imitar, escuchar, tocar, evocar, dialogar, vibrar con el otro, potenciar las energías (...) como ancestralmente cuando habían estado unidos a la magia, al rito, a la religión, al trabajo, a la fiesta, a los momentos solemnes y a los triviales, a la guerra y a la paz, al nacimiento y a la muerte, al amor y al casamiento, a la siembra y a la cosecha y formaban parte de la vida de la comunidad.
Un modo de Estar en la Vida, no solamente representar la vida.
A Dos Voces
Deborah Kalmar / Marina Gubbay
Un cálido agradecimiento a mis compañeros de travesía, con quienes tuve la alegría de compartir esta experiencia, a la familia de Cuenca, Diego Parra Suàrez, a Pancho Aguirre, por tus enseñanzas durante nuestras caminatas por las calles de Cuenca, a la familia de Shuracpamba, donde el Taita Alejo, a doña María por el recibimiento, (y las croquetas vegetarianas!!!), a Doña Rosita, a Willy y Caro por el tiempo junto al mar, a los amigos de Vilcabamba, a Debby Kalmar , Marina Gubbay y Sol Garces por las danzas al regreso por Bs As.
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